En el mundo existen infinitas madres y padres que se quejan de los malos hábitos alimenticios de sus hijos. Unos explican que sus hijos comen muy poco, otros que solo comen determinados alimentos… En este artículo te proponemos algunas claves para que la alimentación deje de ser una auténtica pesadilla.
Resulta muy importante tener en cuenta que en el mundo de la alimentación, al igual que en otros muchos aspectos, existen numerosas diferencias individuales. Es decir, cada niño tiene un temperamento y unos gustos distintos.
Si lo que te preocupa es que tu hijo come poco debes tener en cuenta los siguientes factores.
Edad del niño
La edad del niño es una de las cosas imprescindibles a considerar. Principalmente, porque a menor edad menor es la cantidad de alimentos que se deben ingerir y, progresivamente, a medida que crece el niño la cantidad de comida debe ir aumentando.
Aunque parezca una tontería es importante pensarlo ya que algunos padres, en ocasiones, creen que sus hijos comen poco pero lo hacen correctamente dentro del rango de su edad. Resumiendo, a cada edad le corresponde una cantidad de comida y una cantidad de energía determinadas. En la siguiente tabla podemos apreciar la cantidad de energía que debe ingerir un niño en función de su edad y de su género.
Energía requerida de los bebés (kcal/día) | ||
Edad | Niños | Niñas |
6 meses | 491 – 779 | 351 – 819 |
9 meses | 504 – 924 | 459 – 859 |
12 meses | 470 – 1159 | 505 – 1013 |
18 meses | 804 – 1112 | 508 – 1168 |
24 meses | 729 – 1301 | 661 – 1273 |
Puede observarse que la variabilidad que existe entre niños de la misma edad es enorme. Por ese motivo, se recomienda no fijarse en la cantidad de comida que ingiere el niño sino en su estado de salud y su aspecto físico.
Estilo alimenticio del niño
Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es el estilo alimenticio del niño. Con “estilo alimenticio” nos referimos al pasado del niño en el ámbito de la alimentación, es decir, si el niño siempre ha sido de comer poco o, si por el contrario, siempre ha comido con normalidad y es ahora el momento en el que ha dejado de hacerlo.
A partir de aquí, los padres deben indagar en qué es lo que lleva al niño a comer poco, cuál es la causa. El origen del ayuno infantil puede recaer en problemas emocionales mal gestionados o en algunas patologías.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
Como se ha mencionado con anterioridad, se recomienda no fijarse en la cantidad de alimentos que ingiere el niño sino en su estado de salud y forma física. El momento en el que debemos preocuparnos es cuando el niño comienza a dar muestras de una salud débil o inestable. Es en dicho momento cuando los padres deben ponerse en contacto con un profesional y así solventar el problema.
Recomendaciones para cuando los niños comen poco
Cosas a evitar:
- Grandes meriendas. Si tu hijo se atiborra a la hora de merendar o a deshoras, es normal que luego a la hora de la comida o cena no tenga hambre o se niegue a probar bocado.
- Platos enormes. Resulta mucho más útil servir poca comida (en un plato de postre) que servir un gran plato de alimentos. El niño estará mucho más dispuesto a comer ante un plato pequeño de algún alimento que ante una gran montaña de éste.
- La obligación. Generalmente, cuando se obliga a algún niño a ingerir algún alimento suele tener en el efecto contrario: el niño le coge manía y se niega a probarlo nunca más. Por este motivo, la obligación no es un buen método para probar nuevos alimentos o ingerir mayor cantidad de comida.
- El uso de comparaciones. A pesar de que a veces lo hacemos sin darnos cuenta, debemos evitar a toda costa las comparaciones. Sobretodo las del tipo “Mira Juan, tu hermano se está comiendo la merluza entera! En cambio tu…”. O afirmaciones similares. Cada niño es distinto y el hecho de compararlos puede llevar a una disminución importante de la autoestima o a empezar a coger celos de los hermanos.
- Largas riñas. Si el niño se niega a comer, o no quiere probar un alimento nuevo deben evitarse largas discusiones o riñas. Se le puede repetir en dos o tres ocasiones que si no come la verdura luego no tomará postre, pero no debe repetirse esto más de tres veces. Si el niño no ha obedecido en este pequeño intervalo de tiempo se dejará correr. Se le puede explicar, por ejemplo, de forma amable que se va a la cama sin cenar y que al día siguiente ya se volverá a intentar.
Cosas a llevar a cabo:
- La importancia de la negociación. Aunque tu hijo sea pequeño siempre se pueden negociar pequeñas cosas con el objetivo de que cada día pruebe nuevos alimentos.
- Ponerle muy pequeñas porciones de los alimentos nuevos. Cuando un niño toma un nuevo alimento, el objetivo es que lo pruebe, no que se tome un plato entero. Por ese motivo, se le pondrán muy pocas porciones para que lo pruebe únicamente y se vaya adaptando a él.
- No dar de comer cosas a tus hijos que ni siquiera tu te comerías. Resulta importante dar de comer cosas apetitosas a los niños y si no lo son (como la verdura) intentar que lo sean lo máximo posible. Así, debemos procurar servirles cosas jugosas en lugar de secas y pasadas.
- Dar ejemplo. Aunque parezca obvio, para los niños ver que sus figuras cuidadoras están comiendo determinados alimentos les influye notablemente.
- Reforzar. Cuando un niño se coma algo que no le gusta, pruebe un nuevo alimento, o se coma todo lo que hay en el plato debemos alabarle y felicitarle con gran entusiasmo. Eso favorecerá que en un futuro vuelva a repetir dicha conducta.