Hay que tener en cuenta que la prescripción de deberes existe desde el inicio de la enseñanza formal. Ésta ha sido la estrategia fundamental desde la primaria hasta la universidad. Sin embargo, dicha prescripción de deberes varía de curso a curso y dependiendo de cada centro. El principal objetivo de los deberes escolares es el desarrollo de habilidades y el refuerzo de los aprendizajes que se dan en la escuela.
¿Deberes sí o deberes no? En el inicio de cada curso académico se plantean los beneficios y desventajas que presentan los deberes escolares. Existen diferentes opiniones entre investigadores, profesores, padres y estudiantes sobre la realización de tareas escolares en el tiempo extraescolar. Se trata de un eterno debate entre las dos posiciones, puesto que a día de hoy aún no se ha llegado a ningún consenso.
Puntos a favor de los deberes escolares:
- Beneficios académicos a corto y a largo plazo. Los deberes escolares contribuyen a una mejor retención del conocimiento, mayor comprensión, mejor actitud hacia la escuela, implican al niño en el proceso de aprendizaje, mejoran la velocidad de procesamiento, el pensamiento crítico, entre otras.
- Beneficios no académicos. Los deberes contribuyen a una mayor organización, curiosidad, disciplina, autonomía, a adquirir hábitos, a valorar el esfuerzo personal, otorgan al niño responsabilidades, entre otras.
- Beneficios en las relaciones con los padres y la familia. Los deberes fomentan la conexión entre el colegio y el hogar. Las tareas extraescolares favorecen que los padres se impliquen en la educación de sus hijos ya que asiduamente los niños reclaman la ayuda de un adulto para terminar sus tareas.
Puntos en contra de los deberes escolares:
- Saturación. Los deberes causan fatiga física y mental, pérdida de interés en asuntos académicos, menos tiempo de ocio extraescolar, frustración de los niños, entre otras.
- Interferencia parental. En muchas ocasiones los deberes escolares son la fuente del conflicto que se genera entre el niño y los padres. Esto se produce porque habitualmente, los padres exigen al niño que complete las tareas a tiempo y que las realice correctamente. El conflicto también puede originarse porque el niño se niega a hacer los deberes y los padres están cansados de insistirle.
- No se personalizan. Los deberes con frecuencia fomentan las desigualdades entre los alumnos porque no se personalizan en función de cada estudiante. De este modo, los alumnos con capacidades más altas los harán bien y no les costará mucho tiempo completarlos. En cambio, los alumnos con capacidades un tanto inferiores mostraran más dificultad y requerirán mucho más tiempo para finalizarlos.
Teniendo en cuenta todos los argumentos mencionados anteriormente, parece difícil posicionarse en uno de los dos bandos. Por ese motivo, desde Apsis nos posicionamos en medio de los dos. Por un lado, consideramos que la realización de deberes es muy importante para consolidar los aprendizajes de la escuela así como para desarrollar nuevas habilidades y hábitos pero nunca deben darse en exceso.
Por otro lado, creemos que las tareas extraescolares deben ajustarse a cada niño y a sus necesidades. La cantidad y el grado de dificultad de los deberes deberá adecuarse a cada caso concreto. Puesto que en la escuela normalmente mandan los mismos deberes a todos los niños es labor de los padres observar si necesitan mucha o poca ayuda para conseguir completarlos. Si los padres perciben que al niño se le acumulan las tareas, que no es capaz de completarlas solo y que tarda mucho tiempo en hacerlos es necesario que se pongan en contacto con la maestra de la escuela para buscar una solución al respecto.