Tras el atentado perpetrado el pasado 17 de Agosto en Las Ramblas de Barcelona, han sido muchos los padres que han tenido que enfrentarse a numerosas preguntas por parte de sus hijos. A menudo, ante preguntas sobre sucesos como el anteriormente mencionado los padres se ponen nerviosos y desconocen hasta qué punto han de explicarles a sus hijos lo sucedido, que tipo de detalles deben proporcionarles…
A pesar de que hace días que el atentado de Barcelona sucedió, creemos que puede ser de gran utilidad proporcionar algunas claves de cara a las explicaciones que deben darse a los niños ante situaciones de este tipo. Asimismo, creemos que ahora que se acerca la vuelta al colegio las claves que proporcionemos en el presente artículo pueden ser también útiles para profesores y maestros.
Claves a tener en cuenta
Habitualmente, son los propios niños los que se interesan por el asunto y comienzan hacer preguntas. No obstante, a pesar que ellos son los que marcan el ritmo de la conversación, deben tenerse en cuenta algunos aspectos:
- La edad. A pesar de que parece algo obvio, no debemos tratar de igual manera a un niño de 4 años que a un niño de 11. Por ese motivo, siempre deberemos adaptar la explicación a la edad y a la capacidad de razonamiento del niño. Antes de los 6 o 7 años no se deben dar explicaciones excesivas y hay que evitar proporcionar detalles. A partir de dichas edades pueden darse explicaciones más razonadas evitando detalles innecesarios.
- No mentirles. Muchos padres, ante preguntas inesperadas de sus hijos y el desconocimiento sobre como abordar la situación deciden mentir a sus hijos y ocultarles información. Debemos evitar adoptar estas conductas, los padres tienen que actuar de forma abierta y tranquila, sin miedo a contarles la realidad.
- Transmitir seguridad. Explicarles lo sucedido sin ocultarles información no es sinónimo de fomentar el miedo. Las explicaciones deben dar a entender lo sucedido a la vez que también deben entender que ya ha pasado y que la situación está bajo control.
- Repetir las respuestas hasta que los niños estén satisfechos. A menudo los niños suelen repetir las mismas preguntas una y otra vez. Debemos proporcionarles las mismas respuestas una y otra vez hasta que logren entenderlo y tranquilizarse.
- No es algo normal. Los padres y maestros deben dar a entender también a los niños que a pesar de que los ataques terroristas ocurren cada vez con más frecuencia no significa que sean una cosa normal. No se deben normalizar los ataques terroristas y se deben tratar como algo excepcional y eventual.
- ¿Puede pasarnos a nosotros?. Esta tensa pregunta a la que muchos padres han de afrontarse ha de tratarse con naturalidad. Los niños, a partir de los 4 años pueden plantear dicha pregunta y resulta imprescindible que los padres o maestros no les mientan al respecto, ya que si se les niega, y luego casualmente les sucede a ellos pueden sentirse engañados. Debemos proporcionarles seguridad pero sin hacer uso de la mentira. De este modo podemos explicarles que nunca podemos saber seguro lo que va a ocurrir pero que las probabilidades son muy bajas y que es muy difícil que ocurra.
- Si nos transmiten su miedo… En el caso de que el niño nos diga abiertamente que esta situación le produce miedo debemos darle motivos por los que se debe continuar con la vida normal. Debe entender que la vida no se puede paralizar, que debe acudir a la escuela, que se debe hacer la compra, etc. Debemos darles motivos por los que no nos podemos quedar encerrados para siempre en casa.
- Evitar discursos racistas o xenófobos. En ocasiones, si los padres o maestros no saben como abordar la situación es probable que el discurso se desvíe hacia explicaciones racistas o xenófobas. Hay que evitarlo a toda costa ya que los niños son como esponjas, absorben todo lo que sus padres hacen y dicen. Por ello, un discurso racista les hará adoptar actitudes racistas que no harán más que dificultarles su propia vida futura y la de los demás.
- Utilizar un lenguaje claro. Resulta importante no utilizar tecnicismos y dar explicaciones con un lenguaje sencillo y claro.
- Preguntarles acerca de cómo se sienten. Tras proporcionarles las explicaciones pertinentes resulta imprescindibles preguntarles cómo se sienten, que emociones les ha suscitado el suceso, etc.