Desde hace años existe la tendencia de poner deberes al acabar el curso. Los niños y niñas se pasan todo el curso escolar trabajando y haciendo tareas y al acabarlo, los maestros y maestras les recomiendan una lista de libros y cuadernos de actividades para realizar durante el verano.
Existe gran ambivalencia sobre si los deberes de verano son convenientes para los niños o niñas o no. Por un lado, hay quien defiende que los niños necesitan desconectar, que la ansiada época de vacaciones no está para seguir trabajando y estar pendiente de las tareas. Los padres y maestros que defienden esa posición también opinan que los estudiantes, hayan hecho un buen o mal curso, también tienen derecho a gozar unos días de libertad total.
Por otro lado, también existe la posición contraria que defiende que durante los dos meses y medio de vacaciones que gozan los niños hay tiempo para todo. Los padres y maestros que defienden esta posición afirman que si la familia se organiza bien, hay tiempo para desconectar y divertirse pero también para ejercitar la mente con actividades cognitivas.
Numerosos maestros exponen que los deberes de verano no deberían ser obligatorios, sino una recomendación a aquellos alumnos a quienes no les ha ido bien el curso. Así, más que unos deberes deberían ser actividades para compensar o reforzar los conceptos que el alumno ha encontrado difíciles durante el curso anterior. Eso permitiría que el estudiante igualara sus conocimientos respecto a sus compañeros.
A los alumnos a quienes les ha ido bien el curso y sus calificaciones han sido correctas se desaconseja la realización de tareas académicas durante el verano ya que podrán recuperar el hábito y adaptarse a la rutina durante las dos primeras semanas del curso que suelen dedicarse especialmente a ello.
Los padres a menudo suelen preocuparse acerca de si se les olvidará, a sus hijos, lo aprendido durante el curso. Pero desde Apsis queremos aclarar que no hacer deberes escolares durante el verano no debería ser sinónimo de no aprender cosas nuevas. Por ese motivo, realizamos una serie de propuestas alternativas que pueden servir tanto para los alumnos a los que les ha ido bien el curso como para los que no. La única diferencia entre los dos tipos de alumnos es que para el segundo, además de las dinámicas tareas que proponemos a continuación también recomendamos repasar los conceptos académicos que se han trabajado durante el curso.
Propuestas alternativas
A través de tareas como las que describimos a continuación no solo se pueden aprender cosas nuevas, sino que también se ponen en práctica y se refuerza lo aprendido en la escuela durante el curso. Las descritas a continuación son algunos ejemplos, pero recomendamos la máxima creatividad para pensar más diferentes.
- Hacer la lista de la compra, ir al supermercado, pagar y contar el cambio.
- Escribir postales a compañeros de clase y/o a familiares.
- Hacer experimentos con elementos cotidianos.
- Visitar exposiciones o museos divertidos.
- Comenzar a coleccionar algo e informarse y documentarse sobre ello.
- Representar pequeñas obras de teatro.
- Escribir un diario de vacaciones.
- Observar la naturaleza, flora y fauna.
- Aburrirse para fomentar la creatividad y la imaginación.
Así, creemos que los deberes de verano no van tan dirigidos a los hijos como a los padres. Desde Apsis recomendamos a las madres y padres que aprovechen el tiempo de vacaciones, no para estar encima de sus hijos con respecto a los deberes escolares o actividades académicas, sino que dediquen tiempo para estar a solas con sus hijos, divertirse juntos y así, fomentar los lazos afectivos y la confianza entre ellos.