El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que afecta al 5 – 10 % de la población infantil. En la edad adulta perdura en el 60% de los casos. Se trata de un trastorno de carácter crónico y que se caracteriza por la dificultad de mantener la atención voluntaria en actividades, tanto académicas como cotidianas, unido a la hiperactividad y falta de control de impulsos (impulsividad).
En las últimas décadas el TDAH se ha ido conociendo más hasta llegar al punto en el que tanto maestros como alumnos y padres conocen su existencia. Además, dado que la prevalencia del trastorno es alta, es habitual que la mayoría de personas conozcan a alguien que lo padece. Sin embargo, a pesar de que se ha extendido mucho en los últimos años, habitualmente los padres y profesores no saben cómo actuar ante niños con el trastorno. Resulta imprescindible mencionar que los estudiantes con dichas características deben recibir un trato individualizado con el objetivo de facilitarles un poco las cosas para que sus dificultades les interfieran lo menos posible en su rendimiento académico.
En muchas ocasiones los maestros se sienten frustrados o sobresaturados porque no saben actuar ante estos niños, ni qué estrategias recomendarles. Por ese motivo, en el presente artículo se proponen algunos consejos para profesores y maestros de alumnos con TDAH. La aplicación de los consejos propuestos resultará beneficiosa tanto para el alumno como para el maestro ya que hará disminuir el nivel de ansiedad y estrés del profesor a la vez que posibilitará un mejor rendimiento en el alumno.
- Psicoeducación. La psicoeducación consiste en tener conocimiento acerca del trastorno. Resulta muy importante que los profesores conozcan las características y forma del trastorno, no solo para facilitar su detección sino también para entender el comportamiento de los alumnos. Tener conocimiento sobre el trastorno ayudará también a discernir si la conducta del alumno es disruptiva o si puede enmarcarse dentro del marco de un trastorno neurobiológico.
- Asignar un alumno que le ayude. Consiste en que el profesor asigne a un alumno para que ayude al estudiante que TDAH. Así, este alumno ayudante puede recordarle que preste atención, que debe apuntar los deberes en la agenda o que queda poco tiempo para acabar la tarea. Así, además de favorecer la adaptación del niño entre sus compañeros y facilitar así su integración, también se le ayuda en relación a sus dificultades.
Se recomienda que el alumno ayudante vaya cambiando a lo largo del curso para no saturar a un único alumno. El alumno ayudante ha de destacar por ser responsable, amable, altruista, atento y que se lleva bien con sus compañeros.
- Única carpeta. Tanto en primaria como en secundaria y, con el fin de facilitar la organización de los alumnos, las asignaturas suelen dividirse en diferentes libretas y carpetas así como también se hace con los proyectos. Eso puede llegar a ser confuso para el alumno con TDAH y puede favorecer su dispersión. Por ese motivo, se recomienda que haga uso de una única carpeta o que reduzca el número al mínimo. Disponer de pocas o una carpeta provocará que no las pierda y que recuerde llevarlas a casa. En el caso de utilizar varias carpetas se recomienda que posean visibles diferencias como por ejemplo el color.
A medida que el alumno vaya adquiriendo destreza en dicha organización se pueden ir añadiendo carpetas. Pero al inicio, sobretodo, se recomienda reducirlas.
- Dividir tareas. Cuando se le dan diez instrucciones a un niño resulta más fácil que se confunda, se sobrecargue y que, al final, no llegue a ejecutar ninguna. Eso les ocurre habitualmente tanto a los niños que padecen TDAH como a los que no. Por ese motivo, resulta muy beneficioso segmentar las tareas para que el niño las realice con mayor precisión y con más optimismo. De lo contrario el alumno acabará frustrado, disperso y no hará lo que debe llevar a cabo.
- Adaptación del material. Un alumno con TDAH presentará muchas dificultades en el entorno escolar. Por ese motivo, los maestros deberán realizarle las máximas adaptaciones con el fin de que el trastorno no influya en su rendimiento académico. Algunas pequeñas adaptaciones que a menudo no se tienen en cuenta están directamente relacionadas con la escritura. El tipo de hoja puede ser de vital importancia, ya que si la hoja es blanca, de cuadros o de líneas puede facilitar mucho al alumno. También lo es el tipo de lápiz o bolígrafo.
- Adaptación de la metodología. Otras adaptaciones están relacionadas con los métodos de aprendizaje. Resulta muy beneficioso simplificar y reducir los enunciados de las actividades para que los alumnos puedan captarlos y ejecutarlos de forma directa. También deberán reducirse la cantidad de ejercicios a realizar, ya que el alumno con TDAH presenta una capacidad atencional por debajo de la de sus compañeros. Esto es aplicable tanto a los deberes que deberá realizar en casa como a los exámenes.
- Adaptación de exámenes. Además de incluir un menor número de ejercicios en los exámenes de los alumnos con TDAH también puede proporcionárseles más tiempo para llevarlos a cabo. Algunas consideraciones muy útiles en cuanto a los exámenes vienen descritas a continuación:
- Simplificar los enunciados.
- Remarcar en negrita las palabras clave del enunciado para que el alumno pueda focalizarse en esos conceptos clave.
- Presentar un ejemplo de lo que se debe hacer.
- Aumentar el espacio que el alumno dispone para responder.
- Si el examen tiene varias hojas dárselas de forma secuencial y no simultanea. Primero presentarle la primera, una vez la haya completado y la haya revisado el maestro proporcionarle la segunda, y así sucesivamente.
- Cuando sea posible, darle la oportunidad de responder de forma oral. Probablemente el alumno se sentirá más tranquilo y podrá explicar de forma más entendible aquello que ha aprendido.
- Tener en cuenta otras tareas para la nota final y no únicamente la nota del examen.
- Intentar utilizar formatos de respuestas breves cuando sea posible. Por ejemplo, darle cuatro opciones de respuesta o hacer que marque si la frase es verdadera o falsa.
- Más recompensas que castigos. Cuando el trastorno por déficit de atención cursa de forma conjunta con la hiperactividad, el alumno suele mostrar comportamiento disruptivo en el aula. Por ese motivo, se recomienda aplicar más el refuerzo positivo con el fin de aumentar las conductas que se desea que hacer uso del castigo. Sentirse halagado o felicitado por el maestro ya es un refuerzo positivo muy poderoso.Lo que se busca mayoritariamente es reforzar las cosas que el alumno hace bien y no aquello que hace mal.