A menudo, los padres de niños que presentan dificultades en tareas escolares se plantean si es posible que sus hijos padezcan algún tipo de patología o trastorno que justifique su retraso, lentitud o dificultad en el ámbito académico. Sin embargo, resulta muy importante poder diferenciar si el niño únicamente presenta dificultades leves o si realmente padece un trastorno del aprendizaje.
¿Qué son los trastornos del aprendizaje?
Los trastornos del aprendizaje son un grupo heterogéneo de trastornos que se manifiestan por la existencia de dificultades significativas en la adquisición y uso de las aptitudes académicas esenciales que implican estar en posesión de capacidades como: escuchar, hablar, leer, escribir, razonar o efectuar cálculos aritméticos.
Una característica clave es que el rendimiento del individuo en las aptitudes académicas afectadas está bastante por debajo del promedio para la edad. Asimismo, un factor importante es que dichas dificultades interfieren significativamente en el funcionamiento del individuo en actividades de la vida cotidiana y en el rendimiento académico o laboral.
Otro factor a tener en cuenta es que las dificultades de aprendizaje son muy evidentes en los primeros años escolares en la mayoría de niños. Sin embargo, en algunos casos las dificultades escolares pueden manifestarse en cursos posteriores, cuando las exigencias académicas son más elevadas y superan las capacidades del individuo.
Por último, hay que tener en cuenta que para poder diagnosticar un trastorno del aprendizaje resulta imprescindible descartar dos cosas. En primer lugar, es necesario descartar el hecho de que el niño padezca una capacidad cognitiva limitada (deficiencia mental), déficits sensoriales, alteraciones neurológicas o trastornos emocionales.
En segundo lugar, también es necesario tener en cuenta el entorno educativo del niño. Debe descartarse que la dificultad que presenta el niño no se debe al hecho de no haber tenido oportunidades adecuadas para el aprendizaje.
Teniendo en cuenta los aspectos anteriormente mencionados, se llega a la conclusión de que un trastorno del aprendizaje implica tres cosas:
- Una alteración o trastorno en un proceso psicológico.
- Dificultades para adquirir los conocimientos o destrezas instrumentales escolares.
- Descartar que no se debe a alteraciones sensoriales, neurológicas, retraso mental o a la no exposición de un entorno de aprendizaje adecuado.
Tipos de trastornos del aprendizaje
Una vez identificado el trastorno del aprendizaje debemos especificar si éste cursa con dificultades en la lectura, en la expresión escrita o en las matemáticas.
El trastorno del aprendizaje con dificultades en la lectura, también llamado dislexia, se caracteriza por problemas en: la precisión de la lectura de palabras, la velocidad o fluidez de la lectura y la comprensión de la lectura. La dislexia es muy frecuente y representa el 80% de casos de trastornos del aprendizaje.
El trastorno del aprendizaje con dificultad en la expresión escrita, se caracteriza por la presencia de dificultades relacionadas con: la corrección ortográfica, la corrección gramatical y de la puntuación y la claridad u organización de la expresión escrita. Dentro de los trastornos del aprendizaje es el subtipo menos frecuente.
El trastorno del aprendizaje con dificultad matemática también se denomina discalculia. La discalculia es el segundo trastorno del aprendizaje más frecuente y se caracteriza por problemas de procesamiento de la información numérica, la memorización de las operaciones aritméticas, el cálculo correcto o fluido y el razonamiento matemático correcto.
Desarrollo y curso
El trastorno del aprendizaje dura toda la vida, no tiene cura ni se puede eliminar de ningún modo. Por ello, tanto si se refiere a la lectura, escritura o matemáticas normalmente persiste en la edad adulta. No obstante, el curso y la expresión clínica de este trastorno es variable. La manifestación de los síntomas puede cambiar con la edad y por tanto, los problemas de aprendizaje del individuo pueden persistir o cambiar a lo largo de la vida.
Por este motivo, resulta importante detectar este trastorno de forma precoz para así poder tratarlo de la mejor forma posible, de manera que el individuo aprenda a convivir con dicho problema y que pueda sacar el máximo provecho de la escolarización a pesar de padecerlo.
Tratamiento
Ante los trastornos del aprendizaje, Apsis recomienda el tratamiento individual o en grupo reducido, en el que se tenga en cuenta la variabilidad de cada individuo. El objetivo principal de la intervención psicopedagógica se basa en reducir el desnivel de la lectura, escritura o de las matemáticas más que normalizarlo.
Una intervención temprana y preventiva, ante la presencia de los primeros indicadores de riesgo puede favorecer notablemente el pronóstico.