A menudo, los padres de niños que presentan dificultades en tareas escolares se plantean si es posible que sus hijos padezcan algún tipo de patología o trastorno que justifique su retraso, lentitud o dificultad en el ámbito académico. Sin embargo, resulta muy importante poder diferenciar si el niño únicamente presenta dificultades leves o si realmente padece un trastorno del aprendizaje.