Desde hace años el porcentaje de niños y adolescentes con problemas relacionados con la alimentación no ha hecho más que aumentar. Tanto por un extremo, como por ejemplo los trastornos como la anorexia y la bulimia, como por el otro extremo, la obesidad mórbida o el trastorno por atracón. Está claro que no podemos seguir ignorando este problema. La alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo y bienestar de los niños y adolescentes. De hecho es durante este periodo, sus primeros años de vida, cuando la alimentación juega un papel más importante.
En cuanto a la alimentación, ésta ha de ser suficiente, equilibrada y variada. En primer lugar, suficiente implica un aporte energético adecuado a cada edad del desarrollo y en determinadas circunstancias como las enfermedades. En segundo lugar, equilibrada, para evitar excesos o carencias y con un reparto de nutrientes basado en la pirámide de alimentación saludable. Y, por último, que la alimentación sea variada favorece que también sea agradable.
La pirámide de los alimentos más saludables nos presenta de forma visual los grupos básicos de alimentos y la proporción de los mismos que son necesarios para una alimentación sana. Es recomendable realizar entre 4-5 comidas al día y establecer un horario fijo. Puede ayudarnos mucho el hecho de planificar todas las comidas e intentar diversificarlas.
Que tus hijos adquieran hábitos de vida saludables como una alimentación variada y equilibrada es una garantía para su bienestar en el presente y en el futuro. Durante la niñez es cuando se establecen los hábitos alimentarios que durarán hasta la adultez. De este modo, enseñándoles a cuidarse en el ámbito alimenticio les estamos también enseñando a adquirir hábitos de autocuidado que pueden ser vitales en su desarrollo. Porque los hábitos relacionados con la alimentación generalmente se adquieren durante la niñez y no cambian a través del tiempo, aunque si lo haga la preferencia por los diferentes sabores.
Por último, un estudio de la Universidad de Edimburgo analiza la influencia de la alimentación de los padres en la de los propios hijos. La investigación concluye que comer los mismos alimentos que los padres supone la opción más saludable para los pequeños, claro está cuando los progenitores siguen una dieta sana y equilibrada. Esta investigación nos sugiere que un factor muy importante en la enseñanza de la alimentación saludable es el ejemplo que tienen los niños, es decir, sus padres. El tipo de dieta llevada a cabo por los padres será la que los hijos tomen por ejemplo y la que decidirán adquirir ellos también.
Un aspecto muy relevante que no hay que olvidar es el ejercicio físico. Para llevar a cabo una vida saludable y favorecer el desarrollo de los niños y niñas se recomienda tanto una alimentación equilibrada y variada como practicar algo de ejercicio. En lo que se refiere a la actividad física, existen grandes diferencias en los objetivos y el tipo de actividad recomendados según la edad. Siempre recomendamos dar algo de libertad a los niños a la hora de escoger alguna actividad ya que así estarán más motivados para llevarla a cabo. No obstante, se debe tener presente siempre que la actividad física tiene que combinarse con la buena alimentación para conseguir el bienestar de uno mismo.