Hoy en día existen numerosos niños y niñas a los que les cuesta mantener el control de sus impulsos. Eso, puede que forme parte de la sintomatología de alguna patología o, por el contrario, puede que simplemente forme parte de su carácter. Sea el caso que sea en este artículo os presentamos una técnica de autocontrol que pueden aplicar los niños y niñas a partir de los 4 años. Se trata de “La rueda del poder”.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento de la rueda del poder es sencillo. Se trata de que el niño o niña construya su propia rueda, poniendo opciones realistas y factibles de opciones a las que puede recurrir cuando se enfade, se ponga nervioso o se estrese. De este modo, el niño deberá reflexionar sobre cómo actúa cuando se pone nervioso y qué cosas le irían bien para relajarse.
Aquí los padres, madres o profesionales pueden tener un papel clave sugiriendo opciones que podrían irle bien al niño. Se trata de que al niño le gusten las opciones que acuerden, que las vea factibles y que se comprometa a ejecutar la que le toque.
Una vez construida, la rueda del poder puede engancharse en la puerta de la nevera o en algún lugar visible y accesible para que sea fácil recurrir a ella en momentos de conflicto.
Cuando surja algún conflicto en el que el niño o niña se enfade, pierda los papeles, no pueda tolerar la frustración, sienta ira, esté estresado, etc. Se recurrira a la rueda del poder y se escogerá una de las opciones. Puede enganchársele una especie de ruleta para que sea el azar quien escoja la opción o puede ser el propio niño quien decida lo que va a escoger. Esto puede determinarse en función de las necesidades de cada niño o niña. Así, una vez escogida la actividad a realizar el niño o niña debe ponerse a ello dejando a un lado el conflicto que ha surgido. Más tarde se deberá hablar de lo sucedido y que el niño o niña exteriorice sus sentimientos y que se desahogue.
Dependiendo del contexto en el que el niño o niña tenga más conflictos puede construirse una rueda del poder para casa, para la escuela o para ambas.
¿Qué objetivo tiene?
Los objetivos son varios:
- Cuando el niño construya la rueda del poder el objetivo es que reflexione tanto acerca de las situaciones en las que suele enfadarse tanto de las posibles soluciones que puede poner en la rueda. A pesar de que los padres y profesionales pueden aportar ideas deberá ser el niño quien decida qué poner en la rueda ya que así aumentamos su compromiso con la técnica.
- Que el niño aprenda a ser consciente de cuando se enfada o cuando siente ira y aprenda a parar. En realidad, en eso se basa el autocontrol, en identificar el sentimiento de rabia o ira y en saber detener tu cuerpo.
- El tercer objetivo es que una vez el niño ha aprendido a controlar su rabia e ira que haga otra actividad con el fin de distraerse y no volver al conflicto y también con el fin de reflexionar acerca de lo sucedido.
En resumen, el objetivo primordial es que el niño aprenda a parar, distraerse y así en definitiva autocontrolarse.
Ejemplo
Imaginemos que Pablo tiene 7 años. Pablo está jugando con su hermana María en casa a un juego y resulta que se termina la partida y él ha perdido. Pablo se comienza a enfadar y quiere insultar y pegar a María. No obstante, en lugar de hacer eso va a la cocina donde está la rueda del poder (también la madre le puede sugerir ir a la cocina a la rueda del poder si él no hubiera sabido tener el control de frenar). Allí tira la ruleta y le toca la casilla de “ignorarlo”. Ahora se esforzará por ignorar la situación conflictiva. Más tarde se podrá hablar de lo sucedido y expresar sentimientos, pero al menos por el momento Pablo ha sabido autocontrolarse.