El tema del bullying, también conocido como acoso escolar, ha sido uno de los más tratados en los últimos años. Dicho concepto se ha extendido e internacionalizado con el fin de concienciar a la sociedad y de reducir y eliminar la problemática. A menudo, cuando se habla de bullying las personas fijan la vista en la figura de la víctima. Los padres casi nunca se plantean el hecho de que su hijo puede que sea un acosador y cuando se les comunica la noticia suelen negarlo y culpar a la víctima. En este artículo hablamos de la figura del acosador y que podemos hacer para prevenirla.
¿Qué se esconde detrás del perfil de un niño abusón?
Principalmente una baja autoestima. Los niños que agreden a sus compañeros, tanto a nivel emocional como físico, a menudo muestran una fachada de vanidad, orgullo, soberbia que lo que esconde son problemas emocionales. Los niños abusones necesitan intimidar a alguien para sentirse dominantes y poderosos y así poder ser aceptados por los demás. El motivo por el que agreden es no ser agredidos, ni discriminados ni dejados atrás. Es decir, para no quedar por debajo de sus compañeros estos niños agreden para ganar poder, sentirse importantes y aceptados.
¿Qué hacer para evitarlo?
A continuación os dejamos una serie de consejos para evitar que vuestro hijo se convierta en un agresor. Los mismos consejos serian útiles también para niños que son agredidos, es decir las víctimas.
- Aumentar la autoestima. La autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos y se construye a partir de los comentarios y explicaciones que los demás hacen sobre nosotros. Es decir, a partir de lo que tu crees sobre como eres y lo que te dicen los de tu alrededor formas un concepto sobre ti mismo. Por ese motivo, resulta muy importante que la familia refuerce positivamente las cosas que hace bien y que establezca límites claros sobre lo que se permite o no se permite hacer. También recomendamos que se evite discutir delante de los niños para así darles un entorno seguro y estable, escuchando sus opiniones en todo momento y valorándolas.
- Fomentar la empatía. Uno de los aspectos que nos caracteriza como personas es la empatía que es el hecho de ponerse en el lugar del otro y sentir las emociones que el otro siente. Este concepto que parece básico y universal pero se educa y se aprende. Es cierto que hay niños que son más sensibles y son más proclives a sentir empatía por los demás. No obstante, es una cosa que se ha de trabajar y practicar a lo largo de la infancia. La empatía es una de las habilidades más importantes para la socialización y para ajustarse a los entornos sociales. Por ese motivo, educando en la empatía evitamos cualquier tipo de desajuste social. Si educamos en la empatía prevenimos el acoso a los demás. Debemos transmitir a nuestros hijos que es importante lo que piensan y sienten los demás y que debemos intentar entender lo que sienten para poder ayudarlos o solidarizarnos con ellos.
- Comunicación asertiva. La comunicación asertiva es una habilidad básica y vital para las relaciones sociales sanas. La asertividad es la capacidad de poner límites, de decir no y de comunicar de forma abierta y tranquila lo que sentimos o necesitamos. La asertividad busca un espacio individual en el que se defienden los propios derechos u opiniones sin pisotear las de los demás. Dicho estilo comunicativo se encuentra estrechamente vinculado a la autoestima, ya que ayuda a preservarla e incrementarla.
- Aprender a tolerar la frustración. A la mayoría de los niños cuando son pequeños les cuesta tolerar la frustración. Cuando pierden en un juego se enfadan y cuando algo no les sale bien o no se hace lo que ellos quieren también. Resulta imprescindible educarlos y enseñarlos a tolerar dicha frustración, a que lo importante es participar y no ganar, que no siempre se puede mandar, etc. Dándoles pautas como esta prevenimos a que en un futuro se vuelvan dictatoriales y también futuros abusones.
De este modo, si educamos y fomentamos estos conceptos y valores estaremos evitando que nuestro hijo se convierta tanto en un agresor como en una víctima. También les estaremos transmitiendo habilidades que necesitaran en un futuro para estar adaptados y aceptados en la sociedad.