No es ningún secreto que la vuelta a la rutina después del verano se nos hace cuesta arriba tanto a los adultos como a los niños. Volverse a organizar, establecer horarios, marcar rutinas y límites y pensar en la escuela son aspectos a los que a la mayoría de la gente les cuesta hacer frente después de haber disfrutado de varios días (en caso de los adultos) y varios meses (en caso de los niños) de vacaciones.
Aspectos a tener en cuenta
Resulta relevante tener en cuenta que los niños y niñas probablemente se han pasado más de dos meses de vacaciones. Eso significa que han creado una rutina de irse a dormir tarde, divertirse, no estar constantemente prestando atención. Por ese motivo, cambiar una rutina establecida les costará más y deberán disponer de un periodo de adaptación en el que los padres toleren ciertas conductas y hábitos hasta que logren re-adaptarse a la vida escolar.
Actitudes frecuentes de los niños ante el comienzo del colegio
Es cierto que no se puede generalizar ya que cada niño y cada niña tiene una personalidad distinta, formas de pensar distintas y criterios distintos. Así, hay niños que se muestran motivados y con ganas de ir al colegio para volver a ver a sus amigos, estrenar el material escolar, etc. No obstante, hay otros niños y niñas que se muestran tristes, apáticos, desmotivados, irritables o ansiosos ante la perspectiva de tener que hacer frente a nuevas situaciones.
Consejos para motivar a los niños
- Evitar los comentarios negativos. Aunque parezca evidente hay veces que no nos damos cuenta y, como a nosotros los adultos también nos da pereza volver al trabajo, a la vida de estrés y ansiedad repleta de eventos, realizamos comentarios con connotaciones negativas o directamente comentarios negativos. Algunos ejemplos son: “que pereza volver al trabajo”, “volver a la rutina otra vez…quiero volver al verano”, “otra vez con los coles y extraescolares, a ver si sobrevivimos!”.
- Actitud positiva. Mantener una actitud positiva en todo momento y realizar comentarios que puedan atraer su atención sobre el colegio. Recordarles que van a estrenar material escolar (eso siempre ilusiona aunque no vayan a estrenar grandes cosas), que van a volver a ver a sus amigos, que van a poder jugar durante el patio… En definitiva, recordarles las cosas buenas que la vida escolar ofrece.
- Recordar lo positivo del año anterior. En muchas ocasiones olvidamos lo que pasó en el curso anterior o únicamente recordamos las cosas negativas (por ejemplo, “¿te acuerdas Antonio cuando te castigaron el curso pasado por pelearte con un niño?” o “acuérdate que el curso pasado suspendiste matemáticas Antonio, así que este curso ponte las pilas desde el primer día”. Este tipo de comentarios no hacen más que desmotivar a los niños en sus primeros días, así que en lugar de eso se tiene que intentar sacar a relucir las buenas conductas o actitudes que los niños tuvieron durante el curso pasado. Por ejemplo “¿te acuerdas Antonio de que aunque suspendiste matemáticas en el curso pasado te esforzaste y conseguiste recuperar la asignatura?”.
- Establecer rutinas. Se recomienda volver a establecer los hábitos de la vida escolar (irse a dormir a una hora determinada, desayunar comer y cenar en horarios concretos, empezar a hacer tareas o deberes), etc.) unas semanas antes de comenzar el curso por lo menos. De este modo, los niños pueden permitirse un periodo de adaptación al cambio que les resulta menos estresante que si el primer día de colegio tienen que hacer frente a todo a la vez.
- Mantener una comunicación constante. Resulta imprescindible que los niños sientan que tienen la confianza suficiente con los padres como para poder comentarles preocupaciones o angustias sobre el colegio. Además, también resulta beneficioso hablar sobre cómo se cree que irán los primeros días de colegio. Imaginarse qué cosas harán o cómo las harán les ayudará a entrar en contacto con el entorno escolar y a no tener sorpresas.
- No dramatizar el primer día. En el primer día de colegio la mayoría de niños se muestran nerviosos y expectantes por muchos motivos: separarse de su familia, conocer a la nueva maestra, reencontrarse con los compañeros, etc. Por eso es importante no añadir más estrés y angustia y despedirse bien y con calma e irse. Recrearse en la despedida suele ser contraproducente.
- Hacer huecos para divertirse. Pasar del todo al nada resulta muy difícil, por eso resulta muy beneficioso seguir haciendo planes en los que los niños se ilusionen y se diviertan.
Creemos que si se siguen estas pautas la vuelta a la escuela no tiene por qué ser tan dramática y puede disfrutarse y vivirse con ilusión. Sin embargo, tampoco hay que obsesionarse y cumplir todos los consejos a rajatabla, son simplemente ideas que pueden favorecer la adaptación al entorno escolar.