Son muchos los niños que presentan dificultades o alteraciones en relación al sueño. A menudo, las madres y padres se quejan de que sus hijos se despiertan muchas veces por la noche, otros se quejan de que el niño o niña no consigue dormirse, etc. Es evidente que cada niño presenta unas características que lo hacen único y por eso no se le debe tratar igual que a los demás. Cada caso es distinto y deben tomarse medidas individualizadas.
Resulta evidente mencionar que es imprescindible, en primer lugar, distinguir lo que es una dificultad, una llamada de atención, o una fase evolutiva de lo que es realmente un trastorno como tal. Actualmente, los trastornos del sueño que son más frecuentes durante la infancia se dividen en dos grupos:
- Disomnias. Alteraciones relacionadas con la calidad, cantidad y horario del sueño.
- Parasomnias. Se trata de alteraciones ligadas a experiencias inusuales asociadas al sueño.
Disomnias
Dentro del grupo de las disomnias los trastornos más prevalentes en los niños son los siguientes:
- Insomnio. Incapacidad para conciliar el sueño o para mantenerse dormido.
- Hipersomnia. Se caracteriza por un sueño excesivo e involuntario.
- Narcolepsia. Se caracteriza por somnolencia y episodios incoercibles de sueño de aparición súbita.
- Trastorno del ritmo circadiano. En este caso, no se dan problemas para conciliar el sueño ni para mantenerlo. Los niños y niñas con este trastorno duermen bien pero lo hacen a horas que no son las establecidas, presentan un horario cambiado, por decirlo de algún modo.
Parasomnias
Dentro del grupo de las parasomnias los trastornos más frecuentes que se dan durante la etapa infantil son los siguientes:
- Despertares confusionales. Son frecuentes en casi todos los niños menores de 5 años y se basan en despertares, habitualmente durante la primera mitad de la noche, en los que el niño o niña se siente confuso y desorientado tanto temporal como espacialmente.
- Sonambulismo. Conducta compleja que se da, habitualmente, durante el primer tercio de la noche y que implica caminar y que se inicia durante el sueño lento.
- Terrores nocturnos. Se trata de despertares bruscos en los que el niño o niña grita y presenta síntomas vegetativos y comportamentales relacionados con un miedo intenso. Generalmente, los niños no recuerdan el episodio al día siguiente.
- Bruxismo. Se trata del acto involuntario de apretar o rechinar las estructuras dentales sin ningún objetivo ni propósito. Resulta importante detectarlo ya que si se da de forma prolongada puede ocasionar problemas en la zona bucal.
- Pesadillas. Sueños acompañados de grandes sensaciones de miedo y que a menudo provocan que el niño se despierte.
- Enuresis. Micción involuntaria y recurrente que se da durante el sueño y que se presenta más allá de los 5 años (edad en la que ya se dispone de madurez suficiente como para controlarlo). Resulta importante descartar cualquier afectación médica que lo provoque.
Esta breve explicación que sobre los trastornos del sueño que son más prevalentes en la etapa infantil puede ser de gran utilidad para descartar o detectar las alteraciones de sueño en los niños. En el caso de que el padre o madre del niño sospeche que puede existir cualquiera de los trastornos anteriormente mencionados, recomendamos que acuda a algún especialista que ayudará a poner remedio a dicha dificultad o, en caso contrario, contribuirá a mejorar las condiciones y calidad del sueño de su hijo o hija.