La navidad es una época del año mágica que los niños y los adultos viven con gran ilusión. Sobretodo para los niños, la navidad supone el descubrimiento de un gran número de nuevas experiencias y sensaciones.
El hecho de vivir nuevas experiencias va acompañado de vivir y sentir nuevas emociones. La expectación por los regalos, la incredibilidad de la magia navideña y la reunificación familiar provocan que las emociones durante el periodo navideño sean más intensas que en el resto del año.
Algunas de las emociones que se experimentan son las siguientes:
- Alegría, ilusión y sorpresa, por los regalos, por ver de nuevo a algunos familiares, etc.
- Tristeza, sobretodo en los adultos por los familiares que ya no están aquí, ya sea por defunción o porque no puede volver a casa por las fiestas.
- Celos, sobretodo en los niños esta emoción esta a flor de piel durante la navidad ya que habitualmente los niños tienden a comparar los regalos que ha recibido él con los que han recibido los niños de su alrededor. Así que de cara a los padres que tienen más de un hijo es un aspecto que no debe olvidarse.
- Frustración, en caso de que el niño espere unos regalos diferentes a los que ha recibido.
- Apatía y desánimo, cuando finalizan las fiestas y se debe volver a la rutina.
Una vez hemos visto cuáles son las emociones más frecuentes que se experimentan durante las fiestas navideñas debemos reflexionar acerca de los regalos. Existen numerosos padres y madres que centran el periodo navideño alrededor de los regalos. Desde Apsis recomendamos que no sea así. ¡Más que regalar juguetes recomendamos regalar emociones! Los regalos deben ser un añadido a la felicidad general que se vive en dichas fiestas. No deben ser el elemento principal ya que si la familia únicamente se centra en los regalos, los niños lo único que sacarán de las fiestas será el materialismo y el consumismo y no generosidad y otras emociones.
De este modo, lo que recomendamos es que padres y madres aprovechen las vacaciones de navidad para aproximarse a sus hijos, para compartir experiencias y para estrechar el vínculo con ellos. Sugerimos incrementar más las emociones sentidas que incrementar los regalos, ya que a la larga es lo que más va a quedar en los niños. Se ha comprobado que la memoria da prioridad a los recuerdos emocionales por encima de los demás y, concretamente, a los recuerdos positivos o que han causado sorpresa a la persona.
Por estos motivos, creemos que la mejor forma de que los niños vivan la navidad con plenitud y de que se lleven un buen recuerdo de ella es vivirla con emoción. Porque los juguetes se olvidan pero las emociones experimentadas no lo hacen.
Un importante aspecto a tener en cuenta es que las emociones, a parte de ser sentidas deben ser expresadas. No podemos guardarnos las emociones para nosotros mismos únicamente sino que debemos expresarlas y compartirlas con los demás. Tanto los momentos alegres como los momentos de tristeza debemos compartirlos con los demás y comentarlos.
¿Qué pueden hacer los padres al respecto?. A continuación sugerimos una serie de aspectos que pueden realizar los padres y madres para que en lugar de hacer regalos regalen emoción.
- Regalar sorpresas. Las situaciones sorprendentes tienen un gran impacto emocional en los niños. Por ese motivo, recomendamos fomentar las situaciones sorpresivas como por ejemplo entrar en casa y que el niño se encuentre a los abuelos y primos allí.
- Regalar tiempo compartido. Durante el curso muchas veces la rutina y el trabajo se comen nuestro tiempo. Aprovechemos las vacaciones de navidad para compartir tiempo con los niños haciendo alguna actividad que les guste.
- Actividades soñadas. Muchas veces los niños desean realizar actividades que por falta de tiempo o disponibilidad durante el curso no pueden hacerse. Realizar una actividad que sea especial para él lo llenará de ilusión y alegría, será un regalo que no olvidará. Algunas de las actividades que sugerimos son: ir a patinar sobre hielo, montar a caballo, tirarse en trineo, ir a ver algún espectáculo o simplemente ir a algún lugar a merendar en familia.
- Enseñarles a recibir pero también a dar. Tan importante es recibir como dar, por eso también creemos que la época navideña es ideal para que los niños aprendan a compartir tanto juguetes como emociones.
- Agradecer. La navidad también es un periodo ideal para darnos cuenta de lo afortunados que somos. Así, recomendamos que sea un tema del que se hable en familia, y que todos en conjunto dediquen un momento a dar gracias por lo que se tiene. Una buena actividad a realizar con los niños es hacerles que escriban una carta de agradecimiento, ya sea a los reyes magos o en general.