Nueva tendencia hacia la obesidad
La obesidad infantil y adolescente ha sido un problema que ha existido desde hace algunas décadas y que es más frecuente en algunos países que en otros. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar un estudio en el que afirma que la obesidad durante el periodo infantil y adolescente se ha multiplicado por 10 únicamente en 4 décadas. El disparo de dicha proporción se ha dado a nivel mundial.
Una investigación llevada a cabo por la OMS y por el Imperial College de Londres publicada en la revista “The Lancet” prevé que si se mantiene dicha tendencia, en el año 2022 habrá más población infantojuvenil con obesidad que con bajo peso.
¿De quién es la culpa?
Algunos expertos afirman que en gran medida los responsables del aumento de personas obesas son las campañas de márquetin y las grandes compañías y empresas que están bombardeando constantemente al consumidor con campañas de publicidad. Dichas campañas han provocado que los alimentos más sanos como la fruta y la verdura, por ejemplo, sean mucho más caros en algunos países que la comida procesada o la bollería.
¿Qué podría hacerse para revertirlo?
Lo que debería conseguirse para cambiar la situación es que bajen los precios de los alimentos saludables, que sean asequibles para las personas a nivel económico y también que se encuentren fácilmente en los supermercados. Este hecho es muy importante ya que si una persona va andando por una calle puede que se encuentre con 5 tiendas de comida rápida (“fast food”) pero ni una de comida sana. Así, lo que se debe intentar conseguir, es que la comida saludable se adentre en las escuelas y en los hogares. Todas estas y más soluciones quedan reflejadas en el documento que creó la OMS para los países que tiene como objetivo prevenir la obesidad. Si os interesa, podéis acceder a dicho documento clicando en el siguiente enlace:
Consecuencias del fenómeno
Un aspecto relevante a tener en cuenta es que el aumento de la proporción de niños y adolescentes con obesidad implica también un aumento en el desarrollo, en este colectivo, de enfermedades crónicas como por ejemplo la diabetes.
Además de dicha enfermedad, los niños y adolescentes con obesidad pueden desarrollar los siguientes problemas:
- Problemas con huesos y articulaciones.
- Problemas de respiración.
- Alteraciones en el sueño.
- Presencia de hipertensión, colesterol y enfermedades cardiovasculares.
- Problemas de piel.
- Desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria.
- Disminución de la autoestima.
- Aislamiento social.
Tratamiento psicológico
Una vez siendo conscientes de la problemática la Asociación Americana de la Psicología (APA) ha publicado una Guía de Práctica Clínica para el tratamiento conductual para la obesidad y el sobrepeso en niños y adolescentes.
Un conjunto de expertos pertenecientes a la APA han revisado gran parte de la evidencia científica existente hasta la actualidad para conseguir elaborar la guía. En ella, se recalca que el tratamiento debe iniciarse lo antes posible y debe ser multicomponente. Eso significa que debe basarse en distintos componentes como por ejemplo, en las técnicas de modificación de conducta, en la dieta y en la actividad física.
La APA afirma que el tratamiento no tiene porque centrarse en reducir el peso del niño o adolescente sino en generar estilos de vida y hábitos más saludables y en irlos instaurando de forma progresiva, dejando la cifra del peso a un lado.
Uno de los aspectos de mayor importancia que debe ser considerado a la hora de iniciar un tratamiento de obesidad en población infantojuvenil es que los miembros de la familia, tanto padres como hermanos, deben estar también implicados en el tratamiento. Gran parte del tratamiento debe hacerse dirigido al entrenamiento de los padres proporcionándoles pautas a seguir tanto en relación a la conducta del niño como de hábitos saludables que podrían adquirir.
Además del entrenamiento a padres, el tratamiento también se centra en la dieta del niño o adolescente. Ésta debe centrarse en aumentar el consumo de alimentos saludables como los vegetales y en la disminución del consumo de la comida procesada, o con altos niveles de azúcares. No se requiere la imposición de una dieta estricta con restricciones a ciertos elementos sino que con cierta flexibilidad se debe ir haciendo un cambio hacia la alimentación saludable.
Por último, la guía también hace referencia al ejercicio físico. Según la guía, los expertos recomiendan reducir la cantidad de tiempo que los niños o adolescentes pasan sentados (actividades sedentarias como ver la televisión) y aumentar las actividades con componentes más activos (como por ejemplo ir a pasear por la montaña o por la ciudad, practicar algún deporte o simplemente salir y caminar un poco cada día.
Si tenéis interés sobre los diferentes aspectos que se trabajan durante el tratamiento, con el siguiente enlace podréis acceder a la guía completa, en la que se detallan los pasos a seguir tanto en el entrenamiento a padres como en las indicaciones a nivel de la dieta y de ejercicio físico.
http://www.apa.org/about/offices/directorates/guidelines/obesity-clinical-practice-guideline.pdf