Es cierto que no todos los padres lo hacen pero sí que hay muchos que tienden a sobreproteger a sus hijos e hijas. El padre o madre que lea este artículo pensará: ¿yo?, que va. Pero si, en ocasiones sobreprotegemos a los niños en el día a día y caemos en ese hábito sin darnos cuenta. Por ejemplo, os pueden sonar frases como:
- Ya te visto yo que así vamos más rápido
- Cuidado, vas a romperlo. Mejor déjame a mi
- Cuidado no corras que te vas a caer
Origen de la sobreprotección
Puede que estas frases os resulten familiares y es algo natural querer proteger a la descendencia que uno tiene. No obstante hay diferencia entre proteger y sobreproteger y aunque la línea divisoria entre ambos conceptos es difusa en la rutina del día a día es importante ser conscientes de ello.
El origen de la sobreprotección se encuentra en el temor y en el cuidado. En primer lugar, el temor se refiere al miedo que un progenitor tiene a que le ocurra algo malo a su hijo. Dentro de este concepto de miedo entran tanto los daños físicos como los emocionales. El segundo concepto, el de cuidado tiene que ver con la época en la que el niño es un bebé y es totalmente dependiente de sus padres. En ese momento se genera un sentimiento de cuidado hacia ese individuo porque se le ve como a alguien sin ningún tipo de autonomía. El temor y la necesidad de cuidado generan ese sentimiento de desconfianza que provoca que algunos padres sobreprotejan a sus hijos.
Cómo se si estoy sobreprotegiendo a mis hijos
La sobreprotección se caracteriza por una atención y vigilancia excesivos y a menudo innecesarios. A menudo los padres que tienden a sobreproteger a sus hijos suelen tener las siguientes ideas o pensamientos:
- Tener controlado todo
- Interpretar todo como una amenaza
- Exagerar y catastrofizar las situaciones
- Generalizar lis riesgos
- Infravalorar las capacidades de los hijos para actuar con independencia
Consecuencias de la sobreprotección
¿Porque se recomienda no sobreproteger a los hijos?. Principalmente porque eso les hará convertirse en niños inseguros e influirá notablemente en su desarrollo. Los niños sobreprotegidos tienden a pensar que necesitan a sus padres para hacer cualquier cosa ya que ellos no sienten la confianza suficiente en ellos mismos como para desempeñarlo de forma autónoma.
A la vez también se generan miedos en los hijos, baja autoestima, ansiedad a la hora de enfrentarse a determinadas situaciones y dificultades para resolver conflictos o problemas.
Consejos para evitar la sobreprotección
- Compararte con tu pareja y/o con otros padres amigos. En primer lugar, resulta imprescindible detectar si sois unos padres sobreprotectores o no. Esto, aunque no lo parezca, resulta algo difícil ya que cada uno está acostumbrado a su rutina y a su manera de tratar a los hijos. Por ese motivo, algo que podéis hacer es compararos con otros padres amigos, que sean de confianza y analizar el trato que tienen ellos con sus hijos con el que vosotros tenéis.
- Autocontrol. Una vez ya habéis observado y os habéis dado cuenta de que sobreprotegéis a los niños tenéis que trabajar el autocontrol ya que tendréis que limitaros cada vez que os dirijáis a ellos y tendréis que guardar vuestras inseguridades y temores. Pensad en que a la vez que os guardáis estas emociones estáis evitando su transmisión a los menores.
- Confianza. Dales a tus hijos la independencia y autonomía que necesitan. Si lo prefieres piensa en que el aprendizaje se basa en los errores que cometemos. Dándole este espacio le estas ayudando a que el día de mañana sea capaz de enfrentarse solo a los problemas y saliendo victorioso de ellos.
- Refuerzo positivo. Es importante que una vez le has dado ese espacio al menor y éste ha hecho algo de forma correcta lo refuerces y lo alagues felicitándolo por su comportamiento.