Ante la llegada de un nuevo miembro a la familia muchos papás y mamás se preguntan si esto les va a crear un problema. La familia ya se encuentra estructurada, cada uno tiene su rol y la llegada de un nuevo ser va a romper con todo ese equilibrio familiar. ¿Pero va a suponer eso siempre un problema? La verdad es que no tiene porque. Existen numerosas variables que interfieren en el proceso de adaptación a un nuevo hermano. Algunas de las más importantes son el carácter del niño y cómo llevan el proceso los padres.
¿Por qué se producen los celos?
Cuando nace un niño o niña aprende con el tiempo y de forma paulatina que el amor que sienten sus padres por él o ella es incondicional. De este modo, a partir de todos los cuidados que los padres le ofrecen en todo momento el niño o la niña aprende que sus padres van a estar disponibles para él las 24 horas del día. Con la llegada de un nuevo hermano (que se encuentra en la misma posición jerárquica que él, porque también es un hijo) las cosas cambian. Desde esa situación el niño comienza a sentir y apreciar que él ya no es el centro de atención y que debe compartir el amor de sus padres con otra persona. Es por eso por lo que en general se producen los celos. En realidad, no es más que una etapa de adaptación y transición hacia una nueva situación familiar.
¿Pueden evitarse los celos?
Muchas veces los padres ante el miedo que sufren por posibles consecuencias negativas derivadas del nacimiento de un hermano lo que hacen es intentar evitar a toda costa los celos. Sin embargo, esto resulta inevitable ya que es un proceso por el que todo niño que tiene un hermano tiene que pasar. Lo importante es que la época de los celos pase con el menor número de conflictos posibles pero evitarla, es imposible de evitar.
¿Se puede preparar de algún modo al niño que va recibir un nuevo hermano?
Por supuesto que sí. Resulta muy positivo implicar al niño en tareas relacionadas con el hermano. Resulta imprescindible que él se sienta parte del proceso y que no se sienta excluido de él. Además, también es favorable que el niño sienta que es importante y que tiene un papel relevante. Es importante destacar el hecho de que debe implicarse al niño con cosas del hermano siempre y cuando éste lo acepte de forma favorable. Si se muestra reacio y eso le pone de mal humor lo mejor será esperar a más adelante hasta que se haya adaptado un poco más la situación.
Otra cosa positiva es ir dándole mensajes al niño o niña sobre en qué aspectos se beneficiará él de la presencia del nuevo hermano. Asimismo, resulta muy útil intentar avanzarle algunos acontecimientos positivos por ejemplo sobre lo que harán todos durante las vacaciones.
En el caso de que el niño manifieste celos y enfados ante cualquier tema sobre el nuevo hermano se deberá tomar con calma la situación, hablar con él y llegar al fondo sobre qué es exactamente lo que le preocupa. Es necesario rebajar la ansiedad que le produce la nueva situación y asegurarle que muchas cosas no van a cambiar como por ejemplo el amor que sienten sus padres hacia él.
¿La edad del niño influye en la presencia de los celos?
Existe la errónea creencia de que cuánto mayor sea el niño peor lo pasará. Lo único que ocurre es que cuánto más mayor sea más consciente será de todo y más años habrá pasado siendo él el rey de la casa. Esas dos cosas pueden dificultar el proceso de adaptación hacia el nuevo hermano, pero no existe una edad ideal para tener otro hijo. Siempre será un proceso al que toda la familia deberá adaptarse, pero siempre se consigue superar. La ventaja que tiene que el niño o niña sea pequeño es que tiene poca consciencia de lo que ocurre a su alrededor y puede ser menos dificultoso.
¿Cuándo se resuelven los celos?
Los celos se acaban cuando el niño se da cuenta de que la presencia del nuevo hermano no es alarmante, arriesgada ni peligrosa. Si no que simplemente se trata de una nueva persona con la que tendrá que aprender a convivir y de la que podrá sacar muchas cosas positivas. Para que los celos finalicen es imprescindible que los padres actúen con normalidad con ambos hermanos y que los traten igual. Sin ningún tipo de preferencias.
¿Qué hacer si ves frustrado o triste a tu hijo por esto?
Es una situación que en ciertos casos puede llegar a angustiar. Lo importante es que no cunda el pánico y mantener la calma ya que si los padres se ponen nerviosos transmitirán esos nervios también al niño y se generará un círculo vicioso sin fin. Lo que debe hacerse es preguntarle al niño cuando se sienta de este modo y permitir que exprese sus emociones con naturalidad y de forma libre. Resulta importante que él sienta que puede contar con sus padres para contarles sus preocupaciones. Así, una vez nos cuente que se siente triste por la llegada del hermanito podemos dedicarle un tiempo para jugar con él y que no se sienta solo. Ojo, que no os manipule y os utilice a su costa a su manera y cuando el quiere. Que no se acostumbre a que cuando llora y se pone triste consigue vuestra atención porque sino siempre estará así. Se trata de realizar un tira y afloja y valorar cada situación en la que se pone triste y porqué.