La mayor parte de la población se encuentra actualmente confinada en su casa desde hace aproximadamente un mes. En los hospitales el caos, el miedo y el agotamiento luchan por hacerse paso entre los profesionales. Todo esto está ocurriendo debido a la pandemia mundial originada en China por el virus Covid-19, habitualmente llamado Coronavirus. Debido a la gran y rápida difusión del virus, el Gobierno ha decretado que la población resida en sus casas sin salir excepto determinados colectivos que pueden acudir a su lugar de trabajo. La situación en los hospitales es de gran emergencia y debido al enorme y desproporcionado número de casos, la mayoría de Servicios y Unidades han tenido que dar el alta a sus pacientes para poder atender casos de pacientes con Covid.
Concretamente en los Servicios de Psiquiatría y Psicología de la mayoría de los hospitales del país, los profesionales han tenido que enviar a los pacientes a sus casas para utilizar ese espacio para pacientes con Coronavirus. En resumidas cuentas, pacientes con trastornos psiquiátricos que necesitaban estar ingresados en el hospital deben estar en casa conviviendo con la familia o solos. Esa situación puede generar gran cantidad de estrés y ansiedad para los familiares y también desorientación respecto a las pautas de actuación. Por ese motivo, hemos querido hacer un artículo destinado a los familiares de pacientes con trastorno de la conducta alimentaria (TCA) con posibles dudas y pautas que creemos que pueden resultarles útiles en estos días de confinamiento.
Consejos para sobrellevar el confinamiento
- No cambiar las pautas alimentarias. Resulta muy importante que no se modifiquen las pautas alimentarias que os proporcionó el profesional de salud mental de referencia. Seguramente, vuestro hijo o hija os pedirá de cambiar algunas cosas de las pautas que os han dado y expondrá argumentos como que no hace tanto ejercicio como antes, que al estar encerrados en casa no camina y no ejercita los músculos, etc. Resulta vital que le convenzáis de que es importante no cambiar nada.
- Ejercicio. En los casos en los que el terapeuta de salud mental lo haya contraindicado debe respetarse dicha pauta. En caso contrario, se recomienda realizar algunas actividades físicas para mantener el cuerpo sano. Estas actividades deberán estar siempre supervisadas por uno de los progenitores. Se recomienda que no sea ejercicio aeróbico sino anaeróbico como, por ejemplo, hacer yoga, hacer estiramientos, caminar por el apartamento, etc.
- Báscula. Seguramente muchos papás y mamás tendréis la duda de si debéis llevar un control del peso de vuestros hijos o hijas o si por el contrario debéis omitirlo. Tal y como hemos dicho antes deberían hacer caso de lo que el terapeuta les ha indicado. En principio, debería llevarse un control del peso solo en los casos en los que se observe un cambio en el comportamiento alimentario o en la conducta compensatoria con el fin de llevar un registro y poder reportarlo al terapeuta y así modificar el tratamiento (aumentando su intensidad).
- Síntomas psicológicos. Además de los síntomas provocados por el TCA, debido a la situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos también puede aflorar sintomatología psiquiátrica diferente, como por ejemplo ansiedad. La ansiedad puede producirse por el miedo al contagio del virus o, el desencadenante también puede ser por el agobio de tener que estar tanto tiempo encerrados entre cuatro paredes sin poder salir.
- Redes sociales y pantallas. Al estar encerrados en casa todo el día los jóvenes disponen de mucho más tiempo libre, y habitualmente, dicho tiempo lo suelen emplear en pantallas (móvil, Tablet, televisión) y concretamente en redes sociales. Resulta muy importante que los adolescentes no se pasen las 24 horas en redes sociales, sobre todo mirando perfiles que les provocan sentimientos de inutilidad, culpa o malestar. En relación con los medios de información tanto adultos como niños deberían dosificar el tiempo que dedican a eso. Una exposición prolongada provocará angustia y ansiedad por las noticias.
- Conflictos familiares. En todas las casas y familias se dan conflictos, ya sean entre hermanos o directamente con los padres. Por ello, lo que si podemos hacer es intentar anticiparlos con el fin de evitarlos. Una vez han ocurrido, sin embargo, debemos intentar resolverlos de la mejor forma. Algo que puede aplicarse a todos los miembros de la familia son las técnicas de relajación, meditación o mindfulness. Así, podría establecerse el hábito de que cuando hay alguna discusión o enfado cada persona se va a un lugar diferente de la casa y allí aplica su técnica de relajación. Es un hábito muy saludable que puede ser útil no solo durante este confinamiento, sino a lo largo de la vida.
- Control. Un aspecto positivo del confinamiento es que a los cuidadores les va a resultar más fácil controlar las ingestas (cantidades) de los pacientes y también observar las compensaciones (vómitos autoinducidos o exceso de actividad física). De este modo, con un control más exhaustivo los cuidadores podrán aplicar las pautas terapéuticas de forma más precisa.
- Tiempo en familia. Otra cosa positiva de estar todos encerrados en casa es que da la oportunidad cada día de pasar tiempo en familia. Esto, aunque a simple vista no se valore demasiado, es algo muy positivo y fundamental para los pacientes psiquiátricos en general. En concreto, nos referimos a el tiempo en familia positivo, es decir, compartir momentos y experiencias con aquellos a los que quieres y te quieren para fortalecer los vínculos emocionales con ellos. El fortalecimiento de vínculos es algo muy provechoso para la salud mental de las personas. De este modo, es hora de aprovechar ese tiempo.
- No aislarse. Resulta beneficioso que los chicos y chicas estén en contacto con sus amigos un ratito cada día y que no se aíslen. Esto, pueden hacerlo a través de las redes sociales siempre con moderación y supervisando un poco con quién habla o de qué hablan. No obstante, es más recomendable que el adolescente se exponga hablando con sus amigos que no que se aísle en casa y no quiera saber nada de nadie.
- No preocuparse en exceso por el contagio (respecto al paciente con TCA). En principio, los síntomas que puede presentar un paciente con TCA no tienen por qué suponer un mayor riesgo a la infección por el Covid-19. Además, en el caso de que contraiga el virus tampoco debería tener mayores complicaciones que la población general. Estos supuestos parten de que el paciente únicamente presenta TCA y no otra patología orgánica de base. en general los niños y adolescentes con TCA presentan un sistema inmune que trabaja y combate las infecciones igual que su población de referencia. No obstante, si que es cierto que cuando el paciente con TCA presenta un índice de masa corporal muy bajo, acompañado de síntomas de desnutrición puede tener un sistema inmunológico más debilitado. En ese caso, sería recomendable acudir a especialistas para optar por medidas óptimas.
- Los cuidadores. Los cuidadores, que a menudo son los padres, tienen que lidiar con su teletrabajo, la cocina, las tareas domésticas, los hijos y concretamente supervisar y preocuparse por el hijo o hija que presenta el TCA. Por estos motivos, queremos destacar que es imprescindible que los cuidadores puedan disponer también de tiempo para ellos. Es importante que puedan disfrutar de momentos para hacer sus hobbies, relajarse y desconectar un poco de todo. El autocuidado es fundamental ya que sino las consecuencias son contraproducentes.