La mayoría de personas sabemos que Facebook ha sido la red social por excelencia. La red social Facebook fue la que abrió las puertas del nuevo mundo de la interacción social y también abrió puertas a las demás redes sociales que se encuentran vigentes hoy en día.
El uso de Facebook poco a poco ha ido entrado en la rutina de las más de mil millones de personas que lo utilizan. Se estima que en promedio, las personas pasan casi una hora al día repasando las publicaciones de sus amigos y publicando también cosas ellos mismos. Resulta necesario aclarar que la estimación de una hora al día se refiere únicamente a la red social Facebook. Tendría que añadirse el tiempo que pasamos haciendo uso de otras aplicaciones como Whatsapp, Instagram, etc.
Hacemos tal uso de las nuevas tecnologías y en concreto de las redes sociales que se han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre el impacto que tiene en las personas. Así, la mayoría de investigaciones se han centrado en medir el impacto del uso de las redes sociales en las conductas de las personas, en su estado anímico emocional, en sus relaciones interpersonales, etc. No obstante, el impacto a nivel orgánico no ha sido casi estudiado. Por ese motivo, en el presente artículo hablamos sobre una investigación publicada en la revista Behavioural Brain Research que reclutó a 46 hombres y 39 mujeres y evaluó sus estructuras cerebrales a través de imágenes de Resonancia Magnética. Más tarde, se procedió a instalarles una app en el teléfono que medía la cantidad de tiempo que estas personas pasaban usando Facebook.
Tras cinco semanas, los investigadores analizaron la información y llegaron a la conclusión de que los usuarios de Facebook que hacían uso de la app con más frecuencia tendían a tener una reducción del volumen de materia gris del cerebro. Concretamente, dicha reducción se producía en la estructura cerebral del núcleo accumbens que es la región central del sistema dopaminérgico mesocorticolímbico. Coloquialmente, se dice que dicho núcleo forma parte de la vía del placer, de la vía de la recompensa. Esta vía está implicada en la búsqueda enérgica del placer y por ese motivo se encuentra íntimamente implicada en las adicciones.
De este modo, la investigación sugiere que el constante uso de Facebook podría estar relacionado con conductas adictivas ya que la estructura cerebral de la que se observa una reducción se encuentra en la vía de la recompensa. No obstante, resulta imprescindible interpretar los datos de forma cautelosa ya que la muestra de participantes es pequeña y a nivel estadístico existen variables de confusión que no han sido analizadas. Por lo tanto, no se sabe si la reducción de materia gris se debe al uso de Facebook o a otra causa. Sería interesante investigar el tema con más profundidad para difundir las consecuencias que tiene el uso de Facebook para nuestro cerebro.
Si queréis leer el artículo completo de la investigación realizada podéis hacerlo aquí:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0166432817305090