En general, las personas poseemos diferentes características, diferentes rasgos de personalidad así como también diferentes modos de hacer frente a los problemas o situaciones estresantes.
Numerosos autores han desarrollado diferentes teorías acerca del funcionamiento del afrontamiento. Es necesario poner de relieve que el concepto de afrontamiento hace referencia a los pensamientos y acciones que capacitan a las personas para manejar situaciones difíciles o estresantes.
Desde la perspectiva cognitivista se afirma que lo que produce estrés en una situación no es el suceso específico, sino la percepción de falta de recursos para afrontarlo. Por este motivo, se cree que el proceso cognitivo es crucial. La percepción de un evento determinado como estresante o no dependerá principalmente de dos factores:
- Las demandas del ambiente (situación estresante)
- Los recursos que la persona tiene o cree tener para afrontarlo
Según la teoría de Lazarus y Folkman (desarrollada en 1986) cuando nos situamos ante un evento estresante tendemos a hacer dos tipos de evaluaciones:
- Evaluación primaria. En esta evaluación se valora el riesgo potencial que puede causar el suceso
- Evaluación secundaria. En esta evaluación se analizan los recursos disponibles para hacer frente al suceso y se sopesan las diversas opciones de actuación.
Por otro lado, el afrontamiento también puede ser clasificado en función de dos aspectos. En primer lugar, el afrontamiento puede ser clasificado según el método, donde se distingue el afrontamiento conductual y el afrontamiento cognitivo. En segundo lugar, el afrontamiento se puede clasificar en función de los objetivos que tenga. El afrontamiento puede estar focalizado en el problema (eliminar o reevaluar la fuente de estrés) o puede estar focalizado en la emoción (regular el estado emocional que ha provocado el estresor.
Afrontamiento y salud psicológica
En la actualidad, existen numerosos estudios que relacionan los tipos de afrontamiento con la presencia de salud mental. Concretamente, se ha observado que cuando los recursos del sujeto son inferiores a la demanda se produce un desajuste psicológico.
¿Qué estilo de afrontamiento es más idóneo para el ajuste psicológico?
No existe unanimidad entre los autores ante dicha pregunta. No obstante, algunos de ellos han llegado a la conclusión de que ante estresores o situaciones que pueden ser cambiadas es más favorable utilizar estrategias de afrontamiento centradas en el problema. En cambio, ante estresores o situaciones que no pueden cambiarse resulta más positivo utilizar estrategias de afrontamiento centradas en la emoción. Por este motivo, la percepción de controlabilidad del estresor resulta ser un factor clave.