Generalmente, la mayoría de personas son conscientes de que la adolescencia es una etapa de transición en la que se dan numerosos cambios en la persona. Así, los jóvenes van descubriendo poco a poco su identidad, sus gustos, sus intereses y su autoconcepto. Para poder hacerlo, es necesario que se rodeen de iguales y que experimenten diferentes situaciones, por ello se da un aumento de las conductas de riesgo y de búsqueda de nuevas sensaciones.